viernes, 23 de diciembre de 2011

EL LOCO

               " La extremidad del hombre es su talón y su comienzo es su mano ".
                     Apocalipsis de Esdras, IV-10




Un halo oculto se interpone

a la pericia de nudos incongruentes,

pobres semillas entre calles dispersas,

guía de mis teorías salvajes.



Enunciado de hilos inservibles,

sigo el azar que llama al infortunio.

Cada hora me recuerda la cordura

mientras remonta sus andrajos de luz.



Nada en mí es comparable al futuro.

El final está en el eco infinito del talón

y la revelación en mis manos infieles

a su naturaleza de palomas.



Disperso, recorro a diario la nada,

finjo estropear al tiempo con muecas,

sin desprender aún la razón,

la última sentencia.



lunes, 19 de diciembre de 2011

MEMORIAS

La furia poética de C. lo estaba ahogando. Él intentaba liberarla, pero había escrito sobre todo lo que tenía a mano y no podía hacerlo. Cuando terminó con los papeles, siguió con los muebles. Terminó con los muebles, y continuó con las paredes. Desesperado, C. salió a la calle. Al tropezar con otro hombre, se hizo de palabras con él, y comenzaron a pelear. Durante la golpiza, cada puñetazo que daba o recibía soltaba imágenes mentales en su cuerpo, como si recordara todo lo que había sido su vida, a base de empellones, huesos rotos y sangre. Llegó la policía y lo detuvieron por iniciar el pleito. Cuando lo encerraron, C. supo que aquella furia que deseaba expresar y no podía, había explotado dentro de él. Con un bolígrafo comenzó a escribir en las paredes de la cárcel donde se encontraba enjaulado. Era irónico como en cautiverio, igual a un animal salvaje, se había liberado de una vida complaciente y en silencio. Ahora iba a deshacer los nudos que tenía dentro. Ahora C. iba a gritar desde cada uno de sus poros.

jueves, 15 de diciembre de 2011

LA MÁQUINA Y YO

17.11.2011

Es jueves, y estoy desesperado porque llegue el sábado y termine esta semana de mierda.

El supervisor de este turno tiene la estúpida idea de que yo aprenda cómo funciona la compactadora de cartón para hacer pacas. Lleva tres días diciendome que ayude a Don José, el encargado de ese lugar. Es buena persona y no me desagrada como otras, pero definitivamente no quiero estar en ese puesto.

Estar lleno de polvo de cartón y oliendo a rayos todo el tiempo no es como quiero pasar mis últimas semanas en este empleo. Me pareció de pésimo gusto, pero así se lo dije a Don José, y lo comprendió a su manera, contándome intimidades de los supervisores, el antiguo jefe de producción, y otras gentes más.

Nunca imaginé que él fuera un afortunado ganador de varios boletos de lotería. Ha llegado a reunir casi 300 mil pesos. Lo malo es que le ha prestado a otros que jamás le pagarán ni un centavo del dinero que les soltó. Me confío  también que es analfabeto y tiene 54 años. Además tiene una cicatriz en el antebrazo derecho por una lesión muy fuerte que tuvo, pero nunca lo pensionaron.

Quisiera ponerme en su situación, pero no puedo. Sé que estoy mejor en todos los sentidos y no me quiero conformar a que me asignen a un trabajo de lo más bajo como la compactadora. Ya le hice saber lo que pienso al supervisor, pero por lo visto es de esos idiotas que se toman todo personal, y me devuelve al mismo lugar cada vez. Yo me concentro en palear todo el desperdicio a la boca de la máquina, y oprimir el botón para que ésta comience a masticarlo.

Hago lo mismo una y otra vez mecánicamente para desconectarme y no sentir que me encuentro en el peor sitio para mí.


jueves, 8 de diciembre de 2011

LA CAJA

                              "Todo nuestro universo podría ser sólo un elemento, un átomo a la vez.."
                                                                                                                            Martín Rees



En medio de sus esquinas pardas

se podría contener toda la materia oscura

del universo.



Dentro del más completo vacío

un solo elemento nos edifica.

Separan al átomo poderoso de un hueso

del marchito fotón desprendido de una rosa,

segundo apenas.



Abrirla es descubrir el alfa de todo entre sus gruesas pastas,

como una sílaba interrumpida en el firmamento.



Observar la historia surgiendo

desde los gélidos fulgores de una burbuja

que nuestra ciega conciencia recoge a pedazos.


  

martes, 6 de diciembre de 2011

MATRIX

12.11.2011

5:28 A.M.

Recuerdo que soñé una pelea intensa entre mis padres y yo. Cansado de discutir con ellos, me retiraba furioso a mi cuarto, en una casa completamente diferente a la que habito. En ese lugar había una enorme mecedora, y frente a ésta una ventana a un patio dos pisos abajo. En ese momento escuché la voz de mi padre decir que si algo no me gustaba  me podía largar al sitio que quisiera. Experimenté la confusión, y después el miedo más grande que haya sentido en cualquier sueño.


sábado, 3 de diciembre de 2011

POR SIEMPRE

Imagino que en el futuro cercano, a falta de espacio para enterrar a sus muertos, los habitantes del planeta, después de incinerarlos, van a convertirlos en cápsulas o inyecciones que se puedan desintegrar dentro del cuerpo, y así poder hacer un gran negocio.


Obviamente, debido a los altos costos de la medicina y los laboratorios los primeros beneficiados serán los más acaudalados. Pero eso ayudará para que pueda hacerse moda más rápidamente. Después de eso, habrá un servicio en cada esquina y los precios bajarán, créanlo.


Fuera de los distintos tipos de cáncer a los que estará expuesto nuestro organismo a la larga, eso de olvidarse de nuestra mortalidad siempre tendrá un precio alto difícil de olvidar. 


martes, 29 de noviembre de 2011

PILA BAJA, FURIA LATENTE

01-11-2011

Anoche terminé la loca historia que se me ocurrió en la tarde y me dormí sin darme cuenta. Dejé la televisión y la luz prendida. Me está sucediendo muy seguido.

Antes de entrar a este trabajo donde estoy, podía desvelarme sin problemas. De un tiempo para acá, puedo durar despierto sólo hasta las once de la noche. Eso entre semana. El sábado me desvelo hasta casi las seis de la mañana, y es excepcional.

La energía se me está acabando. Entiendo que ya no soy un jovencito, pero de ninguna manera puedo sentirme como un anciano.

Esta semana mi turno laboral es vespertino, pero cuando tengo que levantarme a las 4 de la mañana para entrar a trabajar a las seis, todo el tiempo se vuelve un martirio. Ojalá escribiera un relato donde viviera de noche. O donde tuviera un horario normal como el resto de la gente.

Últimamente he pensado que trabajo con personas tan estúpidas y mezquinas, primero porque estamos apretados en un espacio tan pequeño, y segundo porque los horarios son tan incómodos que nos hacen vernos entre nosotros con un semblante agrio y ganas de matar.

Nos estamos convirtiendo en una extraña raza mutante los que laboramos ahí.


viernes, 25 de noviembre de 2011

CIENCIA LOCA

07.11.2011

No me gusta la tecnología diminuta, fría, aséptica, a la cual únicamente hay que oprimirle un botón, sin que haga ruido alguno.

En cambio, me gusta todo lo que tiene que ver con la tecnología gigantesca, estruendosa, grasienta, de apariencia maltrecha y demente, con ambiciones de llegar a donde nunca ha llegado jamás; siempre cometiendo errores garrafales, lo cual implica que pueden aplastarse dínamos enormes, causando millones de explosiones espectaculares.

Pueden llamarme anacrónico, dinosaurio, vejestorio, o lo que sea,  pero en mi interior llevaré un científico loco por siempre.

martes, 22 de noviembre de 2011

CINE MUDO

La mano de un hombre inmóvil sujetando una pistola sobre su muslo.

El rostro de una mujer sollozando.

El parabrisas de un auto, roto por el hoyo de una bala.

Y los ojos pasmados de una niña que miran todo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

FÍSICA & QUÍMICA

21.10.2011

Tengo gripa desde ayer. Durante todo el turno estuve estornudando. La cabeza me daba vueltas y no hallaba con que limpiarme los mocos. Es horrible trabajar enfermo. Me hace sentir incómodo y miserable.

Hoy tomaré medicina. Aunque tengo el cuerpo cortado y jaqueca, todavía me siento fuerte para jalar cartón, levantarlo y ponerlo en tarimas.

Únicamente espero que no limpien máquinas porque sueltan ese polvo que me molesta y me hace difícil respirar.

Ojalá y pudiera mañana solamente reportarme enfermo.

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22.10.2011

Ya me siento mejor. Desde ayer al mediodía, antes de entrar a trabajar me tomé dos pastillas de clorfenamina. Estaba tan dopado al principio que todo me daba lo mismo. Así se deben sentir los robots.

A las dos horas empecé a enojarme por estupideces. Me pasa cuando tomo mucha medicina: la química de mi cerebro hace de las suyas y mis emociones explotan. Mejor me concentré en seguir juntando piezas de cartón, cepillarlas y acomodarlas en tarimas de varias camas de altura. Hice cinco en todo el turno.

A pesar de todo, después de guardar mis cosas al terminar, regresar a casa con la ropa sucia es una estúpida medalla para mí.


viernes, 11 de noviembre de 2011

ALGO ESTÁ SUCEDIENDO

29.10.2011

Es casi medianoche. Algo impide que me duerma. Espero una cosa, y no sé qué es, ni quién me la dará.

Afuera hace frío. Se supone que hoy entró un frente y las temperaturas bajarán en estos días.

Los perros ladran. Se oyen en la calle. Me los puedo imaginar merodeando para encontrar un sitio agradable donde dejarse caer.

A veces envidio a esos animales. Quisiera tener ese desapego, junto con su egoísmo, y también esa lealtad hasta la muerte.  Amo esa manera de pasearse y cagar en las banquetas, o aprovechar para orinarse en la tierra junto a un árbol. Pero en lo que sí son afortunados es en que pueden montar a cualquier perra que se deje. Eso se me hace la mejor afrenta hacia los soberbios humanos.

Personalmente,  me considero un perro, aunque domesticado demás.

Son las 00:12 del sábado. Sin buscar encontré, y yo mismo me dí aquello que esperaba.

Tengo que dejar que suceda, nada más.

domingo, 6 de noviembre de 2011

SÉ HONESTO

El viejo Bill es un mentiroso compulsivo. A sus amigos les cuenta aventuras de su pasado que jamás ocurrieron. Nunca condujó un taxi en una ciudad mediana. Nunca estuvo casado con una mujer obesa llamada Sonia, ni tocaba la guitarra en un club de mierda.

Para el viejo Bill da lo mismo mentir en sucesos comúnes y corrientes, que en otros fantásticos y sorprendentes. Así es su personalidad. Una mentira es una mentira, piensa.

Es mejor ocultarles a todos lo que él realmente hizo para que no lo molesten. Sí, como sus viajes de marinero por el atlántico, donde vió ovnis descender sobre el agua y otras cosas monstruosas sobre la cubierta del barco sueco donde trabajó. O su paso como boxeador clandestino en Amsterdam, acostándose con hermosas prostitutas y siendo el protegido de los mafiosos de la ciudad. O su carrera meteórica como cantante country de éxito, que frustró su consetudinario alcoholismo.

Sí, todo eso sería mejor callárselo. De cualquier forma nadie le creería y le dirían viejo mentiroso. Para ciertas personas con un pasado legendario como el suyo, y con la edad que tiene es mejor acostumbrarse al tedio, la apatía y la mediocridad de otros. Ha aprendido tan bien su oficio de contar mentiras que hasta a comenzado a creer que es verdad la vida falsa que se inventa.

El viejo Bill vive en un cuartucho, en donde le da por leer novelas que él toma como verdad, con una cadena de oro colgando de su cuello. Una cadena de oro tan falsa como el periódico que vende todos los días.

martes, 1 de noviembre de 2011

MUTANTE

El escritor de una historia de monstruos, molesto por el revoloteo de una mosca a su alrededor, dejó de teclear en su computadora, y de un lenguetazo la metió en su boca, se la tragó, y continuó escribiendo.

lunes, 31 de octubre de 2011

LA LIBRETA

C. escribe sus experiencias en una libreta destinada para eso. No se le pasa nada que pudiera sonar interesante, raro o emocionante. Viendo la televisión apunta frases sacadas de diálogos de diferentes programas. Extrae citas de libros y revistas viejas. Incluso, con descaro saca su libreta en lugares inconvenientes, como en aquella librería donde un vigilante le advirtió que no podía sacar información de los ejemplares que vendían ahí. C. sin perturbarse y con enfado sigió escribiendo lo que le interesaba hasta terminar.

Releer sus antiguas libretas le provoca a su autor sentimientos encontrados. Sabe que no es literatura lo que hace y que la mayor parte de lo que registra no es de él, pero espera que todo eso lo lleve a algo nuevo. De esa manera el escritor que lleva dentro sobrevive ante la realidad. Es el instinto de llevar ese extraño diario-que más parece un cadáver exquisito o un ejercicio de escritura automática- el que le hace acercarse el pequeño cuaderno que lleva un leopardo con ojo saltón en la portada, para registrar algo nuevo.