A Jackson Pollock
Guardándose en un espacio angular
la inmensidad merodea destellos de sangre
desdoblando multitud de arborescencias
exponiendo la austeridad de los espacios.
Como explosiones de alcohol y tabaco
contempladas en muros de comprensión;
un río ciego brota ante mis ojos.
Genio y artista en combate febril contra el óleo
flujos de odios y quimeras en caos
agrietándome el rostro
mientras cruzo a nado la mirada absorta
hasta otra realidad
por uno nuevo.
jueves, 26 de julio de 2012
sábado, 21 de julio de 2012
PARAÍSO
Para Nini Johanna, tentación siempre presente
Dueña de tí misma,
refulges con insolencia
como manzana de oro
presa de su deleitable zumo.
Ávida aún de caricias,
busco con desenfreno
alcanzar tu corazón verde precioso,
rozar suavemente su superficie
y expresar como un halago
mi voz estremecida.
Pliegas tu cuerpo
de Musa caprichosa
en velos de gemidos
que te glorifican,
sin sospechar que eres
el objeto de mi carnal arrebato.
Dueña de tí misma,
refulges con insolencia
como manzana de oro
presa de su deleitable zumo.
Ávida aún de caricias,
busco con desenfreno
alcanzar tu corazón verde precioso,
rozar suavemente su superficie
y expresar como un halago
mi voz estremecida.
Pliegas tu cuerpo
de Musa caprichosa
en velos de gemidos
que te glorifican,
sin sospechar que eres
el objeto de mi carnal arrebato.
Viéndote así,
tu poder se abre
con desenfreno
en el vital torrente
que te circunda
y hace gritar
lo que oculta
el veneno de tu ropa.
Presto a hacerte olvidar
cáscaras ancianas de tu piel,
desnudas lágrimas y vistes confianza
cuando mi lenguaje abre
sensuales maravillas
que te colman al tacto.
Deseas ser seducida
en cuerpo y sentimiento,
con acciones que fructifiquen
más cada día;
con caricias furtivas
que te aparten de la rutina;
y un te amo
que al decirte
te suene a húmeda delicia.
miércoles, 11 de julio de 2012
OTRO SUEÑO
Cuando vió la puerta, supo seguir el rastro. Persiguió su sombra. Después: la escalera, el pasillo, la ventana, la noche. Y durante la caída dentro del vacío oscuro fue como si en la soledad de la calle, la viva sangre de su cuerpo la hubieran robado las estrellas.
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