viernes, 6 de abril de 2012

FUNERAL CON CERDO BAILARÍN

06.12.2011


Tuve un sueño muy extraño, como los que suelo tener.

Primero me encontraba con Sabo Romo y Saúl Hernandez de Caifanes. Ambos tenían el aspecto de como eran en los ochentas. Platicaba con ellos en un cuarto de hotel con paredes blancas. Les decía lo mucho que los admiraba, pero mi rostro era de otra persona que había ganado una promoción y que tocaba en una banda llamada Duarte. Se me olvidaba mencionar que los tres conversabamos acostados en unas enormes camas blancas que había en la habitación.

Después alguien revisaba mi trasero con un pantalón de mezclilla claro, y descubría que estaba sucio de tantos pedos que me había echado.

Enseguida, asistía junto a Saúl Hernandez de nuevo al funeral de mi abuela (ella lleva más de diez años de fallecida). En lo que recuerdo que era la cocina estaba colocado el féretro, y a un lado, la mayor de mis tías. Con ella me abracé y lloré desconsoladamente. De pronto, Saúl salía de la casa a fumar a un terreno baldío donde había un corral y prometió regresar. No lo volvería a ver.

Por último, y como si fuera un programa de videos, observaba una secuencia en donde sonaba una canción con la voz de Adrián Dárgelos de Babasónicos, y en la que bailaba la caricatura de un cerdo del tamaño de un niño de diez años, vestido con un top morado, zapatos de tacón y caminando en dos patas. Parecía hecho en computadora, y cargaba al lado de su cabeza una grabadora enorme con cassetera. Lo último que recuerdo es haber visto a Dárgelos hacer los mismos movimientos que efectuaba el cerdo delante de él, como si lo estuviera controlando.

Desperté y eran las 5:27 A.M. en el reloj de mi celular.





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