Imagino que en el futuro cercano, a falta de espacio para enterrar a sus muertos, los habitantes del planeta, después de incinerarlos, van a convertirlos en cápsulas o inyecciones que se puedan desintegrar dentro del cuerpo, y así poder hacer un gran negocio.
Obviamente, debido a los altos costos de la medicina y los laboratorios los primeros beneficiados serán los más acaudalados. Pero eso ayudará para que pueda hacerse moda más rápidamente. Después de eso, habrá un servicio en cada esquina y los precios bajarán, créanlo.
Fuera de los distintos tipos de cáncer a los que estará expuesto nuestro organismo a la larga, eso de olvidarse de nuestra mortalidad siempre tendrá un precio alto difícil de olvidar.
Obviamente, debido a los altos costos de la medicina y los laboratorios los primeros beneficiados serán los más acaudalados. Pero eso ayudará para que pueda hacerse moda más rápidamente. Después de eso, habrá un servicio en cada esquina y los precios bajarán, créanlo.
Fuera de los distintos tipos de cáncer a los que estará expuesto nuestro organismo a la larga, eso de olvidarse de nuestra mortalidad siempre tendrá un precio alto difícil de olvidar.
Lo que los pobres nos inyectamos e inyectaremos serán memorias, imágenes vivas... para bien y para mal.
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