Una hermosa rubia vestida con un traje sastre negro cuida a un hombre flaco y tuerto que usa un parche. Él piensa que la rubia lo quiere matar. La verdad es que ella lo cuida para que no se mate. Ha intentado poner fin a su vida tantas veces que la rubia ya perdió la cuenta. Eso comenzó cuando el flaco tuerto libró un fallído intento de robo bancario en donde estuvo a punto de morir. Todavía no estaba tuerto. Perdió el ojo por una bomba que estalló dentro de un automóvil donde iba él escapando de la rubia. Entre el asalto y la bomba hay una atormentada y bella historia de dos seres humanos infelices, que habiendo hallado el amor, decidieron hacer infeliz al otro para completar su vacío. Ahora son ama y mascota tuerta. Cada noche hacen el amor como dos gatos, para ofenderse el resto del día. El tuerto siempre saca un cuchillo bien afilado de la cocina, y lo pone debajo de su almohada para clavarselo a la rubia en la garganta después del sexo, pero no se ha decidido aún. En cambio, la rubia es muy paciente y dedicada, hasta que no puede más y responde a los insultos de él. Su mejor venganza es tomar el control en la cama, y ya que ambos alcanzaron un orgasmo simultáneo, la rubia toma un vibrador largo y grueso, y se lo introduce en el ano hasta que él gime como una gatita. Tal vez el amor verdadero es la destrucción de uno mismo y de todos alrededor. Por eso, desde que conoció a la rubia, el flaco tuerto sueña con una gigantesco hongo atómico que acaba con toda forma de vida en el planeta.
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